La atención puede definirse como un mecanismo
central de control del procesamiento de
información, que actúa de acuerdo con los objetivos
del organismo activando e inhibiendo
procesos, y que puede orientarse hacia los sentidos,
las estructuras de conocimiento en memoria
y los sistemas de respuesta (Colmenares, et al, 2001). También se puede definir como el proceso de focalizar selectivamente
nuestra consciencia, filtrando y desechando información no
deseada; como un proceso emergente desde diversos mecanismos
neuronales manejando el constante fluir de la información
sensorial, temporizar las
respuestas apropiadas y, en definitiva, controlar la conducta (Estévez-González, et al, 1997) Por lo tanto, podemos decir que el proceso atencional no es algo simple como ''prestar atención'' o ''percibir'', es un proceso en el que intervienen distintas conexiones neuronales, cerebrales y sensoriales. Incluso también depende de factores sociales o del entorno en el que se desarrollan la actividades diarias del sujeto. Los aspectos que definirían la integridad de la atención
serían la orientación, la exploración, la concentración o la
vigilancia; mientras que la ‘distractibilidad’, la impersistencia,
la confusión y la negligencia reflejarían sus déficits. A modo de resumen podemos caracterizar el mecanismo atencional por los procesos
implicados en su funcionamiento, que pueden ser de varios tipos (García Sevilla, 1997; Añaños,
1999):
Proceso
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Características
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Procesos
selectivos: seleccionar un foco de información en presencia de otras
fuentes de información. Hace referencia al tipo de estímulos o de tareas que
se seleccionan, bien a nivel cualitativo (tipo de estímulos o tareas) como
cuantitativo (número de estímulos o tareas).
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A mayor
tamaño, mayor atención: Cuanto más grande sea un estímulo más capta nuestra
atención.
El colorido:
Si tiene colores, mayor atención.
Intensidad: a mayor intensidad más atención.
Novedad:
Si es nuevo, mejor que si es conocido.
Complejidad:
Si es un estímulo complejo lo atendemos más que si es simple.
Movimiento:
un estímulo en movimiento capta más la atención que uno estático.
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Procesos de
distribución: compartir los recursos atencionales cuando se deben realizar
diferentes tareas al mismo tiempo.
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Amplitud:
Por un lado se refiere a la cantidad de información a la que se puede atender
simultáneamente. Por el otro, al número de tareas activas al mismo tiempo. La
amplitud es limitada, dependiendo de características como el tipo de información,
el nivel de dificultad de las tareas, o el nivel de práctica y
automatización.
Intensidad:
Hace referencia a la cantidad de atención que se presta. Está relacionada con
los niveles de alerta y vigilancia aunque no es constante, ya que puede variar
en función de factores endógenos o exógenos (Estaún, Añaños y Zaragoza,
1993).
Oscilamiento
o desplazamiento: Se refiere a los cambios que se producen en el objeto
de la atención, especialmente cuando el sujeto tiene que simultanear tareas o
procesar dos o más fuentes de información al tiempo.
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Procesos de
mantenimiento o control: cuando se necesita mantener la atención por un período de tiempo relativamente amplio el Control
es una de las funciones más
importantes de la atención (v.g. Tudela, 1992;
Ruiz-Vargas, 1993), relacionado con las actividades que responden a unos objetivos y
requieren unas respuestas determinadas, es decir, dirigir pensamiento y acción hacia una meta.
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Detalle a tener en cuenta: Para
Heilman et al, el papel dominante del hemisferio derecho
sobre la atención es aún más sobresaliente, ya que aunque cada
hemisferio regula su propia activación, el hemisferio derecho
puede activar al hemisferio izquierdo en mejor medida que lo
haría el izquierdo sobre el derecho.
Intervención del sistema nervioso en la atención
La base neurofisiológica de la atención es una amplia
red neuronal entrelazada de estructuras subcorticales y corticales. De modo sintético, la atención estaría integrada por componentes
perceptivos, motores y límbicos o motivacionales, por
lo que la neuroanatomía y neurofisiología de la atención se asentaría
en el sistema reticular activador, tálamo, sistema límbico,
ganglios basales (estriado), córtex parietal posterior y córtex prefrontal.
Tomada de: http://image.slidesharecdn.com/atencin-141013191525-conversion-gate02/95/atencin-32-638.jpg?cb=1413228002 |
Estructura
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Función
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Formación reticular
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Es una red celular difusa localizada en el tronco cerebral
o tallo encefálico, con axones que se dirigen hacia el tálamo, corteza,
médula espinal y cerebelo. Está compuesta por el "sistema reticular
activador ascendente" y el "sistema reticular descendente". El
primero es esencial para el despertar, la vigilia, el estado de alerta, este
estado nos permite recibir información y atender estímulos del medio en que
nos encontramos y lograr el enfoque de la atención y la asociación de las
percepciones; su afectación produce coma. El "sistema reticular descendente"
puede inhibir o facilitar la actividad de las neuronas motoras que controlan
la musculatura esquelética.
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Corteza cerebral
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Registra la sensibilidad consciente compuesta por
material gris. Es una estructura compuesta por varias capas de células con
sus correspondientes procesos. Esta es la capa exterior de los hemisferios
cerebrales. La corteza planea toda actividad consciente
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Sistema límbico
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Se asocia a la regulación de las emociones, la
memoria y el procesamiento de comunicaciones socio-emocionales complejas. El
sistema límbico es un círculo de células nerviosas, el hipocampo (la memoria
y campos de aprendizaje) y el hipotálamo. El sistema límbico está íntimamente
unido al centro emocional humano, y se reconoce como el "cerebro
olfativo".
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Tálamo
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Regula la atención selectiva, luego filtra la
información para que después sea procesada por otras estructuras.
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Giro cingulado
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Incorpora el contenido emocional a la información
recibida para que se dé la respuesta adecuada.
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Ganglios basales y tálamo
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Las llamadas neuronas de la novedad o células de la
atención, son aquellas que se encuentran en el hipocampo y los ganglios
basales. Los colículos superiores se encargan del movimiento ocular y de
llevar los estímulos externos al campo visual.
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Corteza prefrontal
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Desempeñaría un papel fundamental en el control
voluntario de la atención, como etapa final filogenética y ontogenética de
corticalización de la atención, permitiendo que la atención involuntaria del
infante se transformase progresivamente en atención controlada y voluntaria. El
córtex prefrontal desempeña un importante papel en priorizar estímulos,
referenciarlos a representaciones internas, dirigir apropiadamente la
atención, monitorizar la secuencia temporal de acontecimientos, formular conceptos
abstractos y llevar a cabo otras funciones ejecutivas. El córtex prefrontal
dorsolateral quizá ejerza influencias excitatorias, mientras el córtex
orbitofrontal-córtex cingulado podría ser un sistema eminentemente
inhibitorio, ya que lesiones orbitofrontales producirían ‘distractibilidad’
asociada a hiperactividad e hiperreactividad.
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Lóbulo frontal
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Regula el foco de atención, en coordinación con el
cíngulo y el parietal regula la atención dirigida. Respuestas a estímulos
novedosos.
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Lóbulo parietal
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Procesamiento y uso de aspectos espaciales. Localización
de estímulos específicos. Percepción
de las partes del cuerpo. Orientación espacial
y temporal.
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Lóbulo temporal
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Encargado de la sensación auditiva. Comprensión de
sonidos verbales. Procesamiento de las emociones.
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Tomada de: http://cursa.ihmc.us/rid=1KXRCPX5L-1WV1MLW-64Z/TIPOS%20DE%20ATENCION%20Y%20ESTRUCTURA%20ANATOMICA.cmap?rid=1KXRCPX5L-1WV1MLW-64Z&partName=htmljpeg |
Este sistema al igual que el nervioso cumple función importante, pues este coordina varias hormonas, en relación con la atención libera dopamina y noradrenalina, que juegan un importante papel en la atención y la concentración, la serotonina que inhibe y disminuye nuestro estado de alerta.
Tomado de: https://www.youtube.com/channel/UC7fsDhNBC6CvqoS7MFN3W2A
Bibliografía- Tudela, P. (1992). Atención, en J.L. Fernández Trespalacios y P. Tudela (Eds.) Atención y Percepción. Madrid: Alhambra. Cap. 4, pp. 119-162.
- Bench CJ, Frith CD, Grasby PM, et al. Investigations of the functional anatomy of attention using the Stroop test. Neuropsychologia 1993; 31: 907-22.
- Añaños, E. (1999). Psicología de la atención y la Percepción. Barcelona: Servicio de Publicaciones de la Universidad Autónoma de Barcelona. Cap. 1, pp. 9-25.
- Colmenero, J.M. (2004). Atención. Jaén: Del Lunar.
La atención es un proceso que nos permite que nos focalicemos en una actividad específica o estemos alerta ante amenazas que puedan vulnerarnos. La atención es importante para la realización de conductas como el aprendizaje, el lenguaje, la competitividad, etc. por lo cual es transversal al éxito de lo que emprendemos o deseemos hacer.
ResponderBorrarEn los procesos de atención participan muchas estructuras cerebrales, esto debido a la relación que este proceso posee con los sucesos emocionales (ejemplo cuando algo nos asusta y nos pone en estado de alerta), procesos perceptivos (algo que sobresalga o sea llamativo), aspectos motivacionales (deseo de aprender o aprobar una materia), lo cual hace que se presenten distintos tipos de atención dependiendo de cual sea el caso.
ResponderBorrarPor: Anailyn Cardona